No se nos ha enseñado a acompañar. Acompañar, cuidado, no dirigir, no convencer, no aconsejar sin previa consulta, no juzgar. Acompañar. Sentarse en silencio, justo delante de la mujer que se siente perdida o cansada o triste, al mismo nivel, mirarla a los ojos y escuchar. Escuchar activamente lo que tiene que decirnos. Pero no a nosotras personalmente -esto lo tenemos que saber-, porque seguramente esta mujer tendrá palabras enquistadas desde hace años, siglos, en los surcos más […]
↧